diumenge, 13 de febrer del 2011

Salud no es el problema; Salud forma parte de la solución

En los primeros días del nuevo gobierno de CiU de la Generalitat de Catalunya hemos visto generar un alarmismo excesivo alarmismo sobre las cuentas del departamento de salud. Quizás el desconocimiento por parte de algunos “consellers” o la desconfianza por parte de otros han empujado al sector sanitario a asistir con sorpresa a un espectáculo que no va acorde ni con nuestros tiempos, ni con nuestras realidades cotidianas, la gente tiene otros problemas y otras cuestiones de las que preocuparse.
Sorprende, que el “conseller” de economía vaya predicando en los medios de comunicación, que el departamento de salud necesitaba un correctivo. Según el, dicho departamento se ha pasado de presupuesto Acababa de descubrirlo, además como si hubiera aterrizado de golpe en el paisaje, nos dice que, considera misterioso que los centros sanitarios del ICS fueran en su mayor parte propiedad de la seguridad social. Los profesionales y los gestores han asistido desconcertados a un toma y daca diario sobre culpabilidades cifradas. Con tal de no exponer soluciones a los problemas es mejor buscar responsabilidades y así disimular carencias, con ello se consigue ir tirando sin propuestas de mejora, i con toda una estrategia de desconcierto. ¿cuál es el propósito oculto?, es fácilmente deducible .
Mientras y para no quedar-se fuera de la cuota de pantalla, en el parlamento, el “conseller d’empresa i ocupació” recalcaba en su primera intervención, la necesidad de inversiones para mantener el tejido productivo catalán, el papel de las empresas para sacar de la crisis al país y sobretodo que hay que generar confianza. Continua su intervención con algunos términos en inglés, e incluso en japones, por si no quedaban claro al respetable sus convicciones neoliberales.
Entre tanta ilustración no es de extrañar que al conseller de salud no le queda otra opción que recomendar a los ciudadanos la asistencia sanitaria privada, no sea que de tanta confusión se desorienten algunos. Quizás no es conveniente intentar convencer a los consellers  de la seguridad que tiene para la ciudadanía el disponer de un sistema público de gran calidad como el nuestro.
Parece ser que no hay acuerdo gubernamental respecto a que es esto de la sanidad, uno que hay que cortar presupuesto, el otro que hay que invertir en el sector productivo  ¿ignoran que los centros sanitarios forman parte de este tejido, o piensan que tienen tratamiento aparte?, y el otro quedando atrapado entre lo posible y lo necesario.
La sanidad constituye un sector económico de alto valor añadido, intensivo en mano de obra altamente cualificada y con una alta capacidad de impacto e influencia sobre otros sectores económicos. Es líder en investigación e innovación, siendo tanto o más valioso para el relanzamiento económico del país, que otros sectores considerados estratégicos.
El consumo en salud por el gobierno de la Generalitat en 2010 fue de 10.438 millones de Euros (26% presupuesto de la Generalitat), un 52% tuvo un impacto directo sobre la economía, y un 48 % corresponde a sueldos de los profesionales. Este impacto sobre la economía implica principalmente al sector farmacéutico, laboratorios, servicios de diagnóstico por la imagen y rehabilitación, material sanitario y aparataje clínico, transporte sanitario, hotelería, comunicaciones, logística y otros servicios. Hay que preguntarse si para los consellers estos sectores, son productivos y estratégicos para Catalunya o no lo son, o  depende…,  o quizás..., o según para qué.
Asistimos desconcertados a un alarmismo sobre un sector que funciona, que ha generado empleo en los peores años de la crisis, son 26.000 los profesionales (médicos, enfermeras, fisioterapeutas, odontologos, técnicos en radiologia, laboratorio y farmacia, dietistas, administrativos, gestores, personal del transporte sanitario etc ) que se han incorporado al sistema entre el 2004 y el 2010,un sistema que ha invertido en mantenimiento y reforma de equipamientos, y en nuevos centros, casi todos de substitución (por obsolescencia de los antiguos).
Se ha emprendido una renovación tecnológica en términos de prescripción médica no podría permitirse una recaída, por lo que es, por lo que significa para el futuro y por el alto grado de satisfacción que tiene la población de los servicios que recibe del sistema de salud de Catalunya considerado de los mejores del mundo. Por todo esto precisamente no merece este trato ni estos desaires, sus profesionales no pueden pensar que su gobierno no valora su trabajo y que es simplemente un presupuesto agujerado que hay que enmendar.
El plan de inversiones 2004 – 2012, realizado por el Servei Catalá de la Salut y que emana del Mapa Sanitari Sociosanitari y de Salut publica de Catalunya, es un  instrumento de planificación realizado durante el Mandato de la consellera de Salut Marina Geli. Este plan fue revisado durante el año 2009, prolongándose su concreción y temporalización hasta 2015, esto se produce, como consecuencia de las medidas de racionalización del presupuesto de salud con el objetivo de afrontar la crisis sin dar un paso atrás en la calidad del servicio. A pesar de ello esto supuso una desacelaración del crecimiento del presupuesto ya desde el 2008.
La partida destinada a inversiones – incluidas las reformas - supone un 2,5% sobre el total del presupuesto del Departament de Salut (244 M€ sobre un total de 10.000M€ en 2010). Los conselleres saben perfectamente que cualquier empresa de alto valor añadido, no puede mantener su capacidad productiva con este ratio. Además de actualizar su nivel tecnológico y también incrementar y actualizar los conocimientos de sus profesionales, así como su implicación en la docencia universitaria y de formación profesional, y sobretodo su aportación a la investigación del país, deben de tener sus equipamientos e instalaciones al nivel adecuado, y todo esto se ha conseguido en los últimos años.
Conscientes de que es mejorable como todo en la vida, el “conseller de economia i ocupació”, deberían tomar nota de cómo es posible con estas magnitudes económicas realizar unos servicios de tanta calidad para nuestra población. Esto es únicamente explicable por el alto nivel competencial de los profesionales del sector, que contemplan extrañados, y desconfianza y temor las exclamaciones del gobierno. Se les dice que hay que trabajar más y mejor con menos recursos, y solamente porque ahora en el gobierno hay otros que buscan más credibilidad, únicamente por el crédito facial porque aún no han demostrado su capacidad para encontrar soluciones, quizás por esto buscan problemas, donde no los hay. Siempre hemos oído decir que cuando algo funciona no lo toques, y si puedes, mejóralo.
Las instalaciones de nuestros centros sanitarios deben continuar mejorando, la paralización de proyectos ya iniciados no es una solución para los presupuestos del ejercicio actual sino un problema para los años próximos.Respecto a los nuevos hospitales, solamente dos son de nueva implantación, el de Sant Joan d’ Espi, que se proyectó durante el gobierno del presidente Tarradellas, y se inauguró hace un año, y el hospital del Vendrell inaugurado en 2006, los otros nuevos, (Sant Pau, Igualada, Esperit Sant, Mollet, Reus, Altahia….) son de sustitución i / o renovación, la demagogia en esta dirección  hace que la población pueda pensar que quienes han gestionado la sanidad en los últimos años han sido unos manirrotos malbaratadores, cuando en realidad hemos tenido que reconstruir el sistema y dar asistencia a un millón más de personas y con un coste más que aceptable, comparado con el resto del Estado y con Europa.
Si queremos que nuestro sistema público no sufra una descapitalización que sirva como excusa para incentivar la inversión en centros privados (que una vez construidos pues como ya están allí los contratamos), deberíamos impedir que se ralentice, o se pare un plan de inversiones, su revisión durante el pasado ejercicio ya contemplaba manteniendo un ritmo más lento en su ejecución, que el sistema público no se resintiera. No tiene sentido ni soluciona nada parar proyectos (Girona, Tortosa ya anunciados y otros por anunciar).
El reto de los “consellers” debería ser hacer crecer los ingresos de los centros públicos. En los últimos años y mediante acuerdos con el ministerio de trabajo se ha concertado la gestión de las incapacidades temporales, ha mejorado la gestión de los fondos de cohesión y se ha reforzado los procedimientos para poder percibir los ingresos de la asistencia de extranjeros con residencia  habitual, esto ha supuesto pasar de unos ingresos de 27 M€ en 2003 a  112 M€ en 2009.
Es necesario y posible que una vez informatizados todos los hospitales ( los del ICS  se informatizaron en esta última legislatura), mejorar en la correcta asignación económica de los distintos episodios clínicos realizados en los centros sanitarios. Haciendo que pague la asistencia quien le corresponda, es decir, las asistencias por motivos de salud laboral las mutuas respectivas, las asistencias derivadas de centros privados las entidades que les corresponda, los accidentes las aseguradoras pertinentes, las enfermedades o accidentes deportivos las aseguradoras deportivas etc.
Aunque parezca extraño todavía existe una gran capacidad de racionalización de los procesos, y un gran potencial de crecimiento de los ingresos de los centros públicos, eso si a costa de que paguen las aseguradoras privadas, esto significaría mejorar los ingresos de los centros siendo por supuesto más complejo de gestionar ya que necesitaria aunar las voluntades de todos, profesionales, gestores administración, proveedores etc. Es más difícil, pero esta cuestión no debería ser problema para el gobierno actual, dada su supuesta eficacia. En cambió nos sorprenden anunciando  recortes reiteradamente, solución equivalente al “reset” del informático falto de recursos. Lo cual nos lleva a pensar que el objetivo perseguido es que el sistema se recorte solo, por inanición, temor o falta de ideas, lo que desencadena en una pérdida de incentivos en las instituciones y en sus profesionales.
La salud  es el elemento de la vida más apreciado y más  valorado por la ciudadanía, las políticas públicas de salud son y  han de continuar siendo un instrumento de destacada inversión social y de generación de riqueza y ocupación. Pero han de cohesionar socialmente a los ciudadanos y han de generarles bienestar, y sobretodo han de conseguir que se reduzcan les desigualdades sociales y las inequidades territoriales. (la inversión privada está concentrada en la gran ciudad).
Es indiscutible el valor del impacto económico y social que tiene el capital salud de una población. Deberíamos estar de acuerdo en que ha de corresponder a la Administración Pública la creación de mecanismos y de instrumentos necesarios que permitan mejorar el nivel de salud de la población y que constituyan espacios públicos de decisión muy complejos, que se hagan visibles, mediante su concreción en prestaciones sanitarias.
Recortar las inversiones, paralizar los proyectos, confundir a los profesionales y desconcertar a la población, no son para nada buenos inicios para una legislatura complicada que debería buscar las necesarias complicidades para conseguir que uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo no sea cuestionado. Y es por todo ello que la salud no debe ser un problema sino formar parte de la solución.

Josep Maria Sabate Guasch
PSC Parlament de Catalunya

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