dilluns, 12 de novembre del 2012

Asimétricos y chulos


La campaña de las elecciones al Parlament  de Catalunya está resultando tan previsible, que pasará a la historia como la más poco original y aburrida de las campañas. Todo gira alrededor de la independencia como la única solución, como la panacea, aquel remedio que lo cura todo. El producto a comercializar es: "Fe ciega en la soberanía plena". Eso sí, dentro de Europa, que es precisamente donde han ido a parar parte de la soberanía catalana y española. Todo se puede explicar a los consumidores (pues a así se nos trata, y no como ciudadanos) por parte del aparato de comunicación de CiU. Ya hace tiempo que hemos aceptado este papel, porque nadie ha sabido contrarrestar este talento.

El aparato convergente ha sido capaz de crear un producto ilusionante a base de repetir la marca, pero con una fórmula secreta. ¿Les suena como consumidores?  Estamos ante una nueva "chispa de la vida". Pero: ¡Ojo, no sabemos si el producto será light, cero, descafeinado o normal! ¡Qué paradoja más grande! ¿Recuerdan aquello del  "pájaro en mano"? Pues ahora los mismos que hace pocos meses no hablaban de independencia, han hecho de ésta el motivo principal de su ideario. Y por el contrario, aquellos que siempre han hablado de independencia, “Solidaritat per la Independència” (SI), es probable que ni resulten elegidos. No deja de resultar lógico si se mira con perspectiva comercial. Precio por precio, la gente compra producto ganador y no marca blanca.

La creación del “nuevo”-“viejo” producto Independencia es un proceso trabajado y estudiado, que se ha visto reforzado por los acontecimientos. Y si se hubiera hecho con menos chulería, sería mucho más creíble y solvente. Que es un proceso muy calculado se explica por el "tsunami" independentista que llena todas las tertulias de radio y televisión (incluidas las públicas), y es titular a diario en la prensa escrita. Pretenden que nos posicionemos constantemente al respecto, y nos obligan a demostrar que o somos buenos catalanes y estamos de acuerdo con el pensamiento dominante, o somos extranjeros. Y no es casual que entidades culturales, iconos de nuestro país, aprovechen estos días para hacer marketing telefónico con el interés aparente de asociarte, y de paso, convertirte al independentismo excluyente. De esta manera no se crean ni simpatías ni complicidades. Así sólo se están poniendo las bases para crear desencantos y frustraciones. Ahora sí puede afirmarse que los catalanes y catalanas somos "únicos y asimétricos". Los consumidores catalanes van comprando el producto Independencia, siguiendo la estela dibujada por el equipo comercial de CiU, y contando con la ayuda de nacionalistas españoles que, con su torpeza, los hacen grandes. El éxito no se podrá resistir.

Mi abuelo me decía "Quien no sabe más que una canción, sólo ganará un real". Es decir, que mal vamos si sólo nos ocupamos de hablar de lo que haremos cuando seamos soberanos y dejamos la gestión de la crisis actual a unos mercados, cuyos responsables no pasan por las urnas. La derecha y los nacionalismos siempre acaban coincidiendo, aunque compongan zarzuelas no demasiado polifónicas o sólo sepan una canción. Mi abuelo vería aquí la excepción al refrán.

Se necesitan nuevos instrumentos de Estado para Catalunya, muy cierto, pero tenemos que empezar por intentar reconstruir políticas financieras que no nos precipiten en caída libre ni a una Europa controlada por los mercados, ni a unos recortes en salud, educación y otros servicios sociales (verdaderos instrumentos de Estado, propios y singulares de Catalunya), obligados dicen, para poder pagar los incrementos de tipos de interés que precisamente determina asimétricamente esta Europa, a la que quieren entregar, con ilusión, un nuevo Estado. Sin política financiera propia no seremos más que una colonia.

No es justo que hablemos con medias palabras. No se puede decir que Cataluña exporta más, hay que decir que las empresas ubicadas en Cataluña exportan más, pero resulta que muchas son de capital no autóctono. No se puede hablar de España como si fuera un extraterrestre, la Generalitat también es Estado, todavía. Y no se puede ir de sobrados y chulos, no es necesario dinamitar todos los puentes para ser más grandes y más auténticos, porque de ganar la opción independentista, el país novel necesitará mucha ayuda y complicidades para crecer. Y los modales y maneras serán muy necesarios para construir una diplomacia catalana que precisará desplegar relaciones internacionales excelentes con los países vecinos, como corresponde a un estado de calidad.

 

Josep Maria Sabaté i Guasch
tradución del articulo publicado en Catalunya Press el 8 de Noviembre

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