dissabte, 26 de novembre del 2011

Una campaña electoral crispada donde la salud ha sido protagonista

Después de conocer los resultados de las elecciones generales, es momento de reflexionar sobre los errores y los aciertos de la campaña electoral. Lejos ya del estruendo producido por la confrontación dialéctica propia de los partidos políticos, se ve pocos aciertos y muchos errores, lo que nos debería hacer pensar, que de seguir por este camino, está garantizado el crecimiento de la desafección de la gente hacia los partidos políticos. Lo que supone en mi opinión hacer el juego a la derecha Catalana y Española.
El error más grande que, por parte de todos, se ha producido en esta campaña en Cataluña, ha sido la forma en que se han situado las políticas de salud en el centro de los debates y los discursos. Nunca había pasado en Cataluña que la salud entrara en campaña con tanta virulencia y agresividad. Los candidatos no han hablado de los problemas reales de los servicios sanitarios a nivel de estado ni de la necesaria y urgente coordinación entre comunidades autónomas y con la Comunidad Europea.
Es bien sabido que las competencias en materia sanitaria son de las comunidades autónomas y, por tanto, los responsables de la eficiencia y calidad de los servicios sanitarios son los respectivos gobiernos autonómicos, pero todavía existe un gran desconocimiento en la población, en cuanto al origen de la financiación de los servicios de salud. Mucha gente todavía piensa que es cuestión de la Seguridad Social y, por tanto, la confusión sobre la culpabilidad de la insuficiencia económica de los servicios de salud está servida.
Es preocupante que, durante la campaña, no se haya hablado de cómo se han de solucionar los problemas existentes en la gestión de las competencias estatales en materia de salud. Y es lamentable constatar, una vez más, que a CiU le interesa más la confrontación con el PSC que buscar soluciones a los problemas de sostenibilidad de los servicios de salud públicos de Cataluña. La campaña ha sido un reflejo de lo vivido estos últimos meses en el Parlamento, los ayuntamientos y en la calle. Desprecios continuados e incumplimientos de compromisos adquiridos por el gobierno de CiU, el más importante de los cuales es el acuerdo firmado entre CiU y PSC, que permitió la investidura del Presidente. Parece que la humildad y el respeto son virtudes que no están en el Manual de Marketing Electoral de CiU. Además el gobierno con una total falta de respeto a todos, pretendía garantizar la calidad de los servicios de salud mediante un decreto de gobierno, sin tener en cuenta ni a ciudadanos ni a los profesionales, "esto va bien porque lo digo yo".
Los socialistas hemos estado más preocupados por lo que pasaba en el país, por el incremento de los tiempos de espera y por la pérdida de derechos y garantías que se está produciendo, día tras día, en Cataluña, que no explicar nuestras propuestas programáticas. El desmantelamiento de las políticas sociales, aun siendo competencia de la Generalitat, nos ha podido y nos ha ocupado mucho tiempo de campaña.  Ahora, una vez finalizado el proceso electoral, habría que ordenar y sistematizar los problemas a resolver en materia de salud en cuanto a la coordinación entre las comunidades autónomas, con el objetivo de establecer las estrategias para abordar a nivel de estado. A pesar de las particularidades que cada autonomía pueda presentar, o las situaciones que cada una pueda priorizar y convirtió en su actuación estratégica, hay una serie de temas comunes pendientes:
a) La mejora del Fondo de cohesión sanitaria para resolver los problemas que suponen los presupuestos de las diferentes comunidades autónomas, el movimiento de usuarios entre los diversos centros de salud y hospitales del Estado, así como la actividad prestada a extranjeros.
b) La unificación de la Cartera de servicios sanitarios, compartiendo el conocimiento de las diferentes iniciativas en torno a actividades complementarias financiadas, total o parcialmente, por los diferentes sistemas de salud (salud buco-dental, podología ..).
c) El necesario Pacto por la sanidad. Debe plantearse cómo puede ayudar el Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales en las comunidades autónomas a gestionar los servicios (farmacia, facturación a mutualidades públicas, tecnologías, coordinación de criterios en política de personal).
d) El abordaje realista de la aplicación de la directiva europea de servicios sanitarios transfronterizos. Se hace del todo necesario un sistema de autorización previa para acceder a los servicios sanitarios de otros estados, ya que el sistema de reembolso y no financiación de gastos colaterales perjudican a las personas con menos recursos.
e) El traspaso del seguro escolar. Debido a la concurrencia de prestaciones, deberíamos plantearnos el sentido actual del seguro escolar.
A las cuestiones ya apuntadas, hay que añadir, además, que quedan pendientes de solución temas como la deuda histórica de  las CCAA con la Seguridad Social y la titularidad del patrimonio que se adscribió a las comunidades autónomas en función de los decretos de traspasos y que sigue siendo propiedad de la Tesorería de la Seguridad Social. Muchos temas a resolver que si merecen la atención preferente de todos, mejorar la coordinación hará ser más efectivos en servicios autonómicos de salud, evitará duplicidades y desburocratizará la administración.
La solidaridad, la universalidad de la asistencia y la calidad asistencial y equidad en el acceso a las prestaciones son aspectos incuestionables para garantizar la permanencia de los principios básicos que inspiran la prestación de la asistencia sanitaria en España y que los socialistas consideramos irrenunciables. El papel del Ministerio de Sanidad y Protección Social debe ser el de responsable y custodio del cumplimiento de las esencias del sistema sanitario español (mediador, coordinador, auditor, director, aglutinador de ideas, responsable del seguimiento y cumplimiento de la accesibilidad, equidad y calidad). Sólo así se fortalecerá y se garantizará la equidad y calidad del sistema en todo el Estado, haciendo posible su sostenibilidad futura.
Ahora hay que actuar con rigor y humildad, hay que pasar del discurso fácil a las propuestas decididas. Los socialistas continuaremos, desde la oposición, siendo los garantes de los servicios públicos frente a los llamados mercados que, todo hace indicar, serán, sin presentarse en sociedad, quienes decidirán el futuro de Cataluña y España.
Josep Maria Sabaté
Diputat al Parlament de Catalunya

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